- El populismo como doctrina y práctica política tiene una larga historia, desde la Rusia del siglo XIX o en América Latina hasta el siglo XX con Argentina o Colombia, sin embargo, su resurgimiento actual en casi en todo el mundo requiere un análisis más sistemático.
- Siguiendo las últimas publicaciones recientes en Europa, primero intentaremos mostrar cómo este debate es confuso y ambiguo antes de intentar mostrar las lógicas de la práctica conocida como populismo dejando abiertas las posibles críticas como forma de introducción a la reflexión
- La discusión sobre el populismo es ambigua y confusa en el sentido de que el contexto ideológico global, especialmente durante la Guerra Fría y la revolución de los derechos humanos, está dominado por las creencias y la adopción sin reservas del ideal democrático.
- Sobre lo que significa democracia, hay demasiadas definiciones para recordar. Sobre la más famosa, la de Abraham Lincoln: el poder del pueblo por el pueblo y para el pueblo, diremos que, dada la realidad actual, la primera afirmación es una suposición sin pruebas, la segunda una mentira y la tercera es buena intención. Aunque siempre queda la broma de Churchill sobre la democracia como la peor forma de gobierno con excepción de las demás…
- Dicho esto, lo que la democracia comparte con el populismo es el reconocimiento de la soberanía popular. Terminológicamente hablando, la democracia es el poder del pueblo, cosa que también reivindica el populismo. De aquí proviene la confusión y la ambigüedad. ¿De qué pueblo estamos hablando?
- Gracias a los historiadores y sociólogos sabemos que, de hecho, existen varios pueblos. El pueblo-sociedad o el conjunto de individuos que son elementos de una comunidad; el pueblo-electoral que aparece bajo la forma de una mayoría pero que nunca puede incluir a todo el pueblo; el pueblo de principio en el que los seres humanos que son parte de una comunidad tienen que expresar su voluntad de vivir juntos bajo los principios básicos de igualdad y libertad de los miembros en un Estado de derecho. Y este pueblo de principio va a aparecer como un pueblo-Estado. También existe el pueblo-opinión que es el pueblo que tiene derecho a conocer las decisiones del pueblo-Estado y a opinar y criticar estas decisiones con el objetivo de cambiarlas.
- La relación entre estos diferentes pueblos se da a partir de un conjunto de reglas de control mutuo, de restricción de poder entre unos y otros. Son estas relaciones las que nos permiten evaluar el nivel de práctica democrática en un país determinado.
- El dominio del pueblo-Estado sobre el pueblo-sociedad se traduce en autoritarismo que surge ante
la debilidad de los controles judiciales y constitucionales. Por el contrario, el dominio del pueblo-sociedad sobre el pueblo-Estado abre la puerta a la anarquía y a la ingobernabilidad. De hecho, la dominación del pueblo-opinión sobre los pueblos sociedad y Estado pueden convertir la libertad de información en poder de inquisición etc.
- Estos comentarios tratan de demostrar que existe la necesidad de mantener cierto equilibro entre los pueblos dado que su ruptura constituye un grave peligro para la práctica democrática.
- Sabemos que el mantenimiento de este equilibrio proviene de la existencia de instituciones no elegidas pero cuya misión es la de ser guardianes del interés colectivo, tal es caso de los tribunales constitucionales, de las instituciones electorales autónomas o de los órganos de control de la transparencia o las cortes de auditoría. En este sentido, la erosión de su autonomía presenta un indicio del debilitamiento del pensamiento y la práctica democráticos.
- El populismo entonces se caracteriza principalmente por la negación del carácter plural del pueblo y de la necesidad de instituciones no elegidas pero esenciales para el mantenimiento del equilibrio antes mencionado, de ahí la tendencia a eliminar las instituciones que pueden obstaculizar la relación directa y privilegiada entre el jefe y “su pueblo”.
- Los populistas tienden también a rechazar a los partidos políticos para favorecer movimientos; derivan las decisiones públicas a través de referéndums o sus variantes como la consulta popular; dudan de la fiabilidad de las elecciones a menos que les favorezcan; y tienden a deshacerse de los profesionales de la prensa que pueden ofrecer visiones que le son contrarias al poder. El 45° presidente de Estados Unidos, país que ha hecho de la libertad de expresión una prioridad en la Constitución,consideró a la prensa como enemiga del pueblo por haber cuestionado sus afirmaciones y criticado su visión de la política.
Sintetizando, diremos que la diferencia entre democracia y populismo se encuentra fundamentalmente en la concepción desarrollada sobre la naturaleza de los pueblos. Si las personas son múltiples es porque hay que reconocer sus distintas formas de expresión, hay que respetar la autonomía de las instituciones judiciales o políticas porque es de ellas de quien se garantiza un cierto equilibrio entre los diferentes pueblos. La democracia tiene este precio.
Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Lausanne, Suiza; Maestría en Sociología por la Universidad de Sorbona, París; Doctor en Economía por la Ecole des Hautes en Sciences Sociales, Universidad de París V. Ha sido profesor de Economía, Université de Paris-X; Miembro visitante, Instituto de Estudios del Desarrollo, Universidad de Sussex y Profesor visitante en Hanoi, México, Argel Constantine y Chulalongkorn, Tailandia. Dentro de la Organización de las Naciones Unidas, trabajó desde 1984 en: La Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico; La Comisión Económica para América Latina (México); El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales Internacionales (Nueva York); en la División de Asistencia Electoral DPKO-DPA (NY); el Departamento de Asuntos Políticos; Oficial Principal, Gerente de Proyectos Internacionales en PNUD-México; Consultor para EAD/DPA y PNUD-México. Tiene una experiencia electoral increíble como miembro de las misiones de observación de la ONU (incluidas las Misiones de Observación de Mantenimiento de la Paz y de Derechos Humanos) trabajando en Nicaragua, Haití, El Salvador, Eritrea, Sudáfrica, México, Fiji, Etiopía, Nigeria y Líbano. Retirado del Servicio Activo de las Naciones Unidas desde 2003 ha colaborado como asesor en materia electoral y de gobernabilidad en Irak, México, Haití y0 Kenia. En septiembre de 2018 fue galardonado con el Premio Joe Baxter a la Excelencia en la Administración Electoral del International Foundation for Electoral Systems (IFES).